El proceso del amor, ¿cómo aceptar una ruptura?
- Publicado el 06 de Julio de 2015
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- GESTIÓN DE EMOCIONES
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El enamoramiento es un proceso, y la primera fase está llena de sensaciones nuevas. A veces, la relación no sale bien. Esta es otra etapa de la relación, cuando no nos gusta lo que vemos en nuestra pareja. Puede que sea el momento de la ruptura, ¿por qué no hablar de esta otra cara de la moneda?
EL ENAMORAMIENTO
El enamoramiento es un proceso, y la primera fase está llena de sensaciones nuevas, en las que nos sentimos vulnerables y expuestos al cambio. Si todo va bien, habrá más encuentros.
En los primeros momentos de la atracción física, nos encontramos en la etapa más pasional en una relación amorosa, todo está centrado en la pasión que siente el uno por el otro. La necesidad de fundirse en uno solo y convertirse en entidad única. Aquí es cuando se desea pasar todo el día juntos. Cobran importancia las neuronas espejo, para sentir lo mismo que siente la otra persona, y sentirse únicos estando juntos.
Este espejismo de fusión tiene su fase, y como todas las fases, ha de acabar para dar paso a la siguiente, el amor. Pasamos de la pasión fusionada al amor, desde el cual vamos conociendo las diferencias inevitables que cada uno presenta, y a la vez aceptándolas como un enriquecimiento a la relación. La relación va evolucionando y se fortalece mediante sentimientos de vínculo estable; hay más compromiso, más conocimiento del otro, mas apoyo, confianza en que podemos contar con esa otra persona, y sentimos y ofrecemos comprensión.
HAY DIFERENTES FORMAS DE SENTIR
La mujer presenta más neuronas espejo que el hombre en el cerebro, lo que coloca a la mujer en un papel de mayor carga emocional que el hombre. Mientras ante una situación, las mujeres se ponen en el lugar del otro sobre cómo se estarán sintiendo, el hombre tiende a ir en busca de la solución de una manera más racional. La mujer trata de encontrarle una respuesta al hombre sobre “por qué estará más distante” cuando le nota preocupado, dando lugar a sus interpretaciones, mientras que el hombre (si no expresa su sentimiento en esos momentos) tratará de darle una solución a aquello que le preocupa, y cuando lo logre volverá a mostrarse más cercano en la relación. Esta parte es interesante conocerla, y descubrir así la forma de enriquecer nuestra relación, en lugar de marcar nuestras diferencias por ello.
“Los hombres y las mujeres somos diferentes”.
CAMBIO DE ETAPA: EL CONOCIMIENTO REAL
A partir del vínculo amoroso de la pareja ya no sentimos tantas reacciones físicas constantes. Esto es porque el cuerpo humano no soportaría una etapa demasiado larga con un estado estresante tan elevado. Empleando el uso de caricias, abrazos, miradas, sentido del humor, y refuerzos con frecuencia, se favorecerá el mantenimiento del amor.
A veces, la relación no sale bien. En esta otra etapa de la relación, cuando ya pierde fuerza la acción de las neuronas espejo, para dar paso al conocimiento de la personalidad de cada uno mediante el día a día, no siempre crece la admiración, el agrado y la confianza hacia lo que vemos en nuestra pareja.
Puede que sea el momento de la ruptura, ¿por qué no hablar de esta cara de la moneda en una relación?
CUANDO LA RELACIÓN SE ROMPE
Si una relación llega a su término, es preferible dejarlo en un momento en el que nadie salga lo suficientemente dañado como para quedarse atascado en una emoción negativa. Ponerle freno al sufrimiento, y gestionar las emociones que nos ha generado, es la mejor manera de recuperar las riendas de nuevo.
Las sensaciones negativas guardadas en nuestro cerebro, se vuelven a reproducir cuando alguien trae a nuestro recuerdo esa misma emoción por algo que nos hacen sentir.
Es evidente que puede jugarnos malas pasadas, y estropear una relación que no tiene nada que ver con la persona con la que estamos compartiendo esta nueva relación, sino con nuestros propios miedos y creencias.
TOMANDO LAS RIENDAS
Cuando la relación no continúa y volvemos a estar sin pareja, hay muchos momentos que “echamos de menos” por las costumbres y cultura que se había creado en torno a la relación, entre los dos. Las costumbres, y la rutina nos ayudan a sentirnos parte de algo que hemos creado, nos dan seguridad y nos orientan en nuestras actividades diarias.
Eso ahora se rompió... es momento de crear nuestras propias rutinas, momentos para cuidar de nosotros mismos, hacer cosas que nos hagan sentir bien, retomar hobbies o actividades que hiciéramos antes de tener pareja (sola/o o con amigos), y mantener las que ya tenemos, para levantarnos el ánimo y sentir el manejo de la situación que ahora vivimos.
Las rupturas ayudan al autocrecimiento. Seguro que algo de ti aprendiste tras el fracaso de esa relación, al menos qué hacer o qué no hacer para estar mejor por ti mismo/a.
Siéntete bien cuidándote. Prepárate un buen desayuno, una buena comida... cuídate. Date un capricho y haz aquello que te guste: poner la música que a ti te gusta, un baño de espuma, queda con amigos/as, hazte un regalo. ¡Tu rasgo detallista ahora aflorará para ti!.
Agradece lo bueno que te aportó esa relación. Algo bueno te haría sentir para iniciarla. ¿Qué sensaciones positivas has vivido?, esas sensaciones las sentiste tú y están en ti.
PREPARARSE PARA AFRONTAR NUEVOS RETOS
Perdonar, Sentir, Amar y Agradecer son cuatro pasos que nos ayudarán a dejar marchar emocionalmente a esa persona de nuestra vida (Ho’oponopono).
“Creando un pensamiento positivo en el presente, nuestro subconsciente será nuestro aliado en el futuro.”
Si somos capaces de perdonarnos y perdonar, sentirnos y sentir al otro, amarnos, y agradecernos por ser y estar, mas agradecer a la otra persona cuanto nos ha aportado (siempre hay un aprendizaje de toda experiencia), seremos capaces también de vivir con armonía, y valorarnos lo suficiente para cuidarnos con mimo cada día.
El agradecimiento es un sentimiento que ni te pone en el lugar de víctima ni de autoridad. Te permite continuar tu camino, afrontando los retos que se nos ofrecen en la vida.

Raquel De Diego
Coach especialista en Pareja y Familia
Sobre el Autor

Raquel de Diego
Coach de Familias y Parejas. Formadora.
Estudié Trabajo Social en la Universidad Complutense de Madrid, mi pasión por leer y escribir junto con ser madre me ha llevado a especializarme en la atención a la infancia. Cualquier tipo de mensaje marca la identidad de cada persona.
Trabajadora Social. Máster en Neuropsicopedagogía. Narrativa Terapéutica. Especialista en Psicoterapia e Hipnosis ericksoniana. Coach de Familias y Parejas. Formadora.
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